El líquido vital

Se dice que las guerras del futuro se pelearán por conseguir agua y no, no es una exageración. El líquido vital se está acabando. Nada más tomemos en cuenta algo: en los últimos 70 años la población mundial se triplicó, pero el consumo de agua aumentó 6 veces y dentro de los próximos 25 años, un tercio de los seres humanos no van a tener qué beber. Estos son datos estremecedores acerca de la escasez del agua, un problema difícil de creer, pero, desgraciadamente muy real.

Estamos acostumbrados a creer que el agua durará para siempre. Después de todo, el 70 por ciento de la superficie del planeta es agua, ¿no es así? Lo que olvidamos es que sólo una pequeñísima fracción, tan sólo un 1 por ciento de este líquido, es potable y si bien, durante miles de años esto ha sido suficiente para mantener a la humanidad, hoy nos encontramos en una situación de crisis sin precedentes.

La sobrepoblación y la contaminación están acabando con este vital recurso y cada vez será más difícil revertir la tendencia. Aquí están algunas de las consecuencias de la crisis del agua: más de mil millones de personas no tienen acceso adecuado al líquido; el desperdicio está acabando con las cosechas; la contaminación termina con la biodiversidad de regiones enteras y los conflictos por el agua son cada vez más violentos, como sucedió en 1974, cuando Irak amenazó con destruir una presa de Siria sobre el río Éufrates.

Por si fuera poco, casi la mitad de la humanidad no recibe agua con calidad suficiente para ser bebida. El problema es que consumir agua contaminada es origen de aproximadamente el 80 por ciento de las enfermedades humanas.

Y ¿qué sucede en México? Desafortunadamente no tenemos buenas noticias. Al menos el 94 por ciento de los ríos y lagos del país están contaminados, han desaparecido cinco lagunas y 38 ciudades, entre ellas el Distrito Federal, Monterrey y Tijuana, enfrentan terribles problemas de desabasto. Además se han sobreexplotado más de 100 mantos acuíferos. ¿Qué significa esto? Los mantos acuíferos son depósitos de agua bajo la tierra, que, si son mal utilizados pueden agotarse completamente, como sucede con los que se encuentran bajo la Ciudad de México, provocando que se haya hundido más de veinte metros en medio siglo. Uno de los mayores problemas para estos mantos son los productos contaminantes, que se filtran hasta ellos. México cuenta con otros problemas relacionados con el agua: el 75 por ciento de la población vive en áreas áridas, con poca lluvia y once millones de personas, la mayoría campesinos, no cuentan con agua potable.

La Comisión Nacional del Agua calcula que México padecerá una crisis del agua en quince años. ¿Estamos preparados?

Para hacer frente a la crisis del agua podemos empezar desde nuestra casa: revisando que no existan fugas; lavándose los dientes utilizando un vaso con agua; reutilizar el líquido que se usa una vez, por ejemplo para hervir algo, para regar las plantas. En fin, a veces lo más simple puede ahorrar muchos litros. Aún estamos a tiempo